martes, 10 de mayo de 2011

Sobre la muerte de Bin Laden

Rigoberto Palma
¿Mataron a Bin Laden? ¿Había muerto hace años? No sabemos. Lo que se conoce de Bin Laden es que era un agente de la CIA, o sea, del gobierno Estados Unidos.


Bin Laden dirigía el grupo Al Qaeda, creado por la CIA para luchar contra el gobierno de Afganistán y contra las tropas rusas que ocuparon ese país en diciembre de 1979. Luego de ser entrenado por la CIA, Laden participó en la guerra de Afganistán (1979-1989) financiada por el gobierno de Estados Unidos, que le dio a Al Qaeda tres mil millones de dólares.1


En septiembre de 2001, el gobierno de Estados Unidos acusó a Al Qaeda del derribo de las torres de Nueva York, pero hay sospechas de que se trató de un autoatentado del gobierno norteamericano para justificar su invasión a Afganistán, donde procuraba construir un gasoducto con salida al Océano Índico para captar el gas de las antiguas repúblicas soviéticas. El derribo de los torres también dio el pretexto para la invasión a Iraq, donde supuestamente se creaban armas de destrucción masiva que ponían en peligro la seguridad de Estados Unidos. Pero todo el mundo sabe que en Iraq no hay armas de destrucción masiva, sino mucho petróleo y gas que la oligarquía de Estados Unidos quiere arrebatar.


Mientras a Sadam Husein lo capturaron y lo asesinaron a los tres años de la invasión a Iraq, Bin Laden “sobrevivió” casi 10 años, pues su “existencia” servía de pretexto para la política agresiva del gobierno norteamericano. Vivo o muerto, Laden fue un instrumento de la CIA.



Recientemente, cuando comenzaron los sucesos de Libia, Muamar el Gadafi aseguró que Al Qaeda apoyaba a los mercenarios que operan en el oriente de su país. Luego llegó la OTAN para proteger a los mercenarios. Eso significa que Al Qaeda y la OTAN tienen buenas coordinaciones.

Si Laden vivía no entendió que lo dicho por Gadafi lo convertía en un problema para los planes de Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Italia. Laden habría resultado menos hábil que Posada Carriles, quien ya no le sirve a la CIA pero se las arregla para continuar protegido por ella.

¿Por qué ahora nos dicen que lo mataron? Por dos razones fundamentales:

1. Para levantar la imagen de Obama, quien buscará la reelección en el 2012.  Obama se anota un “éxito” en política exterior que le viene muy bien, pues se encuentra atascado en Libia y su país no remonta la crisis, está cayendo en la insolvencia crediticia y sigue perdiendo terreno frente a las naciones del BRICS (Brasil Rusia, India, China y Sudáfrica).

2. Para atemorizar al pueblo de Estados Unidos y procurar su respaldo a las nuevas acciones bélicas de su gobierno, que ahora tendrá que “redoblar la lucha contra el terrorismo”, pues las huestes de Laden “intentarán vengarse”. Las guerras de rapiña tienen otro pretexto ideal. Ya veremos lo que viene.

Sin dudas este era el momento adecuado para anunciar la liquidación de Bin Laden. El teatro montado alrededor de ese hecho durará varios meses, más que la boda del príncipe inglés y que la canonización del papa realizada con dispensa de trámite, anacronismos feudales para oxigenar a gobiernos sumidos en la crisis y trabados en Libia.

Todos esos hechos solo demuestran la crisis de esas naciones, en franco retroceso y amenazadas por la carencia de recursos energéticos. Sus gobiernos y sus clases dominantes no están fuertes, sino atemorizadas ante el mundo multipolar que se abre paso. 



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